Si te estas planteando irte a vivir con tu pareja, tal vez te estés preguntando si es demasiado pronto.
El tiempo que llevas saliendo con tu pareja, puede convertirse en el elemento clave para saber si es buen momento para irse a vivir juntos.
Pero, y si te digo que el tiempo no lo es todo…
Hay una parte de incertidumbre que hay que afrontar, cuando se inicia una convivencia en pareja.
Bueno… vayamos por partes, es lógico que lo primero que te apetezca saber, sea por qué puede ser malo decidir si os vais a vivir juntos, valorando únicamente el tiempo que lleváis como pareja.
El tiempo no indica nada más que la duración de la relación
Esto parece muy de cajón ¿verdad?
Pues por cosas de nuestro cerebro, tendemos a asumir que cuanto más larga es una relación más se conoce a la persona, mejor nos comunicamos con ella y en conclusión más recursos tendremos para convivir.
La realidad es que aunque se lleven 6 años o más siendo pareja, esta pareja no se tiene por qué conocer muy bien.
Pero y esto por qué ocurre, vamos al siguiente punto.
Las condiciones de la convivencia solo se pueden comprobar durante la convivencia
Hasta que no vayas a vivir con tu pareja, no puedes saber cómo es la convivencia con esa persona.
Solo cuando os vayáis a vivir juntos aparecerán varios elementos nuevos en la relación.
O bien elementos que no son nuevos, se verán enfrentados a mayor exigencia en el nuevo contexto.
Me gustaría describírtelos en apartados distintos, imagina que son como los cajones que tienes en la mesilla de noche.
Vamos a ir abriendo cajón por cajón, si los abrimos a la vez, difícilmente los podremos ver con claridad.
El primer cajón: Las costumbres o hábitos
Cuando no se convive con una persona, se es ajeno a sus costumbres dentro de casa.
Por ello, cuando se empieza a convivir, este uno de los primeros aspectos que se descubren.
Es entonces cuando el tiempo sí que juega un papel importante, porque el contexto ha cambiado.
Al principio podemos optar por una actitud más pasiva, hacia cosas que nos incomoden de nuestra pareja.
Pero la actitud pasiva ante estas cosas que nos molestan, acabara por provocar si se mantiene en el tiempo, una explosión de ira o un estado de tristeza.
El segundo cajón: El estilo comunicativo
Cada persona viene con un estilo comunicativo en su maleta.
Si bien este estilo ya se percibe antes de convivir, se acentúa en la convivencia, ya que durante esta se requiere llegar a muchos acuerdos (no siempre explícitos).
Cuando dos personas conviven, puede ocurrir que estos estilos comunicativos sean incompatibles.
La comunicación es una herramienta crucial para resolver conflictos, pero no vale cualquier forma.
Sin un encuentro comunicativo , se acumulan tensiones, que surgen de un enfrentamiento (que no discusión) tras otro.
Cuando se dice que discutir es bueno para una relación, nos referimos al arte de comunicarse eficazmente, no al desastre de disparar balas verbales.
El segundo cajón: El espacio personal
Este es un punto esencial. Cada persona necesita un determinado espacio.
Si ese espacio no se respeta por un miembro de la pareja, la persona que siente invadido su espacio, no se encontrara seguro en ese lugar.
Si una persona que necesita un espacio amplio, en el que poder realizar sus hobbies y tener sus momentos de reflexión convive con una persona que no puede estar solo o sola en casa ¿Qué ocurre?
Tenemos un conflicto, cuando los dos estén en casa, la otra persona buscara o reclamara atención, haciendo que quien disfruta de un espacio personal amplio se vea acorralado/a.
Necesitar más espacio no es ni mejor ni peor, que necesitar poco o ningún espacio personal.
El problema se produce cuando dos personas, que viven esto de forma distinta, conviven juntas y les es imposible respetar la disposición del otro.
El tercer cajón: Los invitados sorpresa
Los “invitados sorpresa” son todas aquellas personas que no son ni tu pareja ni tú.
Cuando se unen dos personas ambas tienen familia y amigos.
Mientras las personas no conviven, la decisión de que «los invitados sorpresa» los puedan visitar no necesita del consenso de dos, cada uno hace lo que desea en su propia casa.
Se necesita en este nuevo contexto establecer pactos y acuerdos, necesarios para que no estalle el conflicto.
Hay personas a las que les encanta tener siempre visitas en casa, otras prefieren verse con ellos fuera o bien no necesitan demasiado contacto social.
Aquí el respeto juega un papel crucial.
Ideas clave que quiero trasmitiros con este post
- Es bueno probar como es la convivencia con tu pareja de forma provisional, de forma que se pueda ver si los cajones antes mencionados se deslizan adecuadamente.
- El elemento esencial, al margen de otros, es la comunicación y el respeto por nuestra pareja
- Irse a convivir no es una obligación, una pareja puede funcionar sin ello
- El tiempo en una relación no significa nada, si no contemplamos lo que ha sucedido durante ese tiempo
- Hay cosas que solo se ven cuando se surca el mar
Deja una respuesta